Dr. Juan Fernando García Henares, PhD
Unidad del Dolor y Medicina Regenerativa · Quirónsalud Alicante
La Neuralgia del Trigémino (NT), también conocida como tic douloureux, es una de las formas más intensas de dolor conocidas. Se caracteriza por descargas eléctricas súbitas y punzantes en un lado de la cara, que pueden desencadenarse al hablar, cepillarse los dientes o incluso con una ráfaga de aire.
Históricamente se denominó “la enfermedad del suicidio”, por el sufrimiento extremo y la desesperanza que generaba antes de disponer de tratamientos efectivos.
Aunque es una patología poco frecuente, su impacto emocional y funcional es devastador.
· Incidencia: 12–27 casos por cada 100.000 habitantes/año.
· Prevalencia: entre 0,03 % y 0,3 % de la población general.
· Sexo y edad: predomina en mujeres (3:1), con pico de aparición entre los 50 y 67 años.
· Lateralidad: afecta más al lado derecho del rostro.
Hasta un 40 % de los pacientes presenta ansiedad o depresión asociadas, y un 25 % puede desarrollar síntomas de estrés postraumático ante el miedo a un nuevo ataque.
La NT se divide en tres categorías principales, según la etiología identificada en la neuroimagen:
1. Neuralgia del Trigémino Clásica (NTC):
o Causada por compresión neurovascular (CNV) de la raíz del nervio, generalmente por la arteria cerebelosa superior.
o Se acompaña de desmielinización focal del nervio y puede demostrarse mediante RMN de alta resolución.
2. Neuralgia del Trigémino Secundaria (NTS):
o Provocada por una patología subyacente: tumores del ángulo pontocerebeloso, esclerosis múltiple o malformaciones arteriovenosas.
o Representa menos del 15 % de los casos.
3. Neuralgia del Trigémino Idiopática (NTI):
o Diagnóstico de exclusión cuando no se detecta compresión ni lesión estructural visible.
· Dolor facial unilateral, breve y muy intenso.
· Sensación de “corriente eléctrica” o “puñalada”.
· Crisis que duran segundos, repetidas varias veces al día.
· Zonas “gatillo” que desencadenan el dolor (mejilla, mandíbula, encías).
· En algunos pacientes, dolor continuo entre las crisis (componente neuropático mixto).
⚠️ Si el dolor cambia de patrón, es bilateral o no responde a medicación, debe descartarse una causa secundaria con neuroimagen avanzada.
El diagnóstico se basa en la historia del dolor y la exploración física detallada.
No existen análisis específicos, pero la descripción típica del paciente es suficiente para orientar el diagnóstico.
El especialista en Medicina del Dolor o Neurointervencionismo puede confirmar la sospecha y decidir qué pruebas realizar para precisar la causa.
Aunque la Neuralgia del Trigémino (NT) se diagnostica principalmente por la clínica, la Resonancia Magnética (RMN) es esencial para confirmar la causa y planificar el tratamiento.
Hoy, su uso antes de cualquier procedimiento es un estándar de calidad en medicina del dolor.
La RMN de alta resolución (3 Tesla) permite identificar la compresión neurovascular (CNV) —generalmente por la arteria cerebelosa superior— y descartar otras causas como tumores o esclerosis múltiple.
Las secuencias finas en la zona de entrada del nervio (REZ) muestran con precisión si el nervio está comprimido, desplazado o atrófico, hallazgos que predicen mejor respuesta a la descompresión o a la radiofrecuencia pulsada.
En manos expertas, la RMN alcanza una sensibilidad del 88 % y una especificidad del 94 %, siendo la técnica de referencia actual.
Las nuevas técnicas permiten no solo ver, sino medir la salud del nervio:
· Angiografía por RM 3D: muestra el contacto entre vasos y nervio.
· Imagen por Tensor de Difusión (DTI): detecta desmielinización y predice la respuesta al tratamiento.
Cuando existe compresión con deformidad, el paciente suele responder mejor a la cirugía o a técnicas intervencionistas.
En cambio, si no hay contacto vascular evidente, se priorizan tratamientos neuromoduladores o regenerativos.
Si la RMN no puede realizarse (por marcapasos o claustrofobia), puede recurrirse a:
· TC con angiografía cerebral o TC maxilofacial, especialmente si hay antecedentes dentales o traumatismos.
Un diagnóstico por imagen preciso permite seleccionar el tratamiento más adecuado y evitar intervenciones innecesarias.
1. Compresión neurovascular: contacto entre una arteria y la raíz sensitiva del nervio.
2. Atrofia o desplazamiento del nervio: signo de daño crónico.
3. Alteración de señal en T2: indica desmielinización, útil para pronóstico terapéutico.
La RMN avanzada tiene una sensibilidad del 88 % y especificidad del 94 % para detectar compresiones o distorsiones del nervio.
La Neuralgia del Trigémino puede diagnosticarse hoy con una precisión impensable hace solo una década.
La combinación de una valoración clínica experta y una resonancia magnética de alta resolución permite identificar la causa exacta del dolor —ya sea una compresión vascular, una lesión estructural o una forma idiopática— y diseñar un tratamiento específico para cada paciente.
Este diagnóstico detallado es el punto de partida para elegir la mejor estrategia terapéutica: desde la neuromodulación por radiofrecuencia hasta las terapias regenerativas, capaces de reducir el dolor y restaurar la función sin recurrir a cirugía abierta.