Dr. Juan Fernando García Henares, PhD
Unidad del Dolor y Medicina Regenerativa · Quirónsalud Alicante
El dolor lumbar crónico rara vez depende de una sola lesión.
Hoy sabemos que la causa más habitual es un desequilibrio dentro de la Unidad Funcional Espinal (Functional Spinal Unit, FSU): el conjunto formado por el disco intervertebral, las articulaciones facetarias, los ligamentos y la musculatura profunda.
Cuando uno de estos elementos se altera —por degeneración, inflamación o microinestabilidad—, toda la unidad pierde su sincronía.
El resultado es dolor, rigidez y pérdida de función.
Tratar el dolor lumbar implica, por tanto, restaurar el equilibrio biológico y mecánico de la FSU
El plasma rico en plaquetas (PRP) se obtiene del propio paciente y concentra factores de crecimiento que modulan la inflamación y estimulan la regeneración celular.
Aplicado de forma guiada en las estructuras que forman la FSU —disco, faceta, ligamento o espacio epidural—, favorece la reparación y mejora la estabilidad segmentaria.
A diferencia de los corticoides o anestésicos, el PRP no bloquea el dolor: restaura el entorno biológico que lo produce, ayudando a que el tejido vuelva a funcionar correctamente.
La literatura médica reciente respalda el uso del PRP en dolor lumbar y discogénico:
· Tuakli-Wosornu et al., PM&R (2016): PRP intradiscal redujo el dolor y mejoró la función a 12 meses.
· Saraf et al., Indian J Orthop (2023): PRP transforaminal fue más eficaz que corticoides en radiculopatía lumbar.
· Ruiz-López y Tsai, Pain Practice (2020): PRP epidural caudal logró alivio duradero en hernia discal sin efectos adversos.
· Morales-Portillo y García Henares (2025): PRP combinado con ozono activa macrófagos reparadores y acelera la reparación discal.
Los metaanálisis de JOR Spine 2024 y Pain Physician 2024 confirman una reducción media del dolor del 60–80 % y mejora funcional mantenida hasta 12 meses.
El recuento plaquetario es determinante.
El PRP eficaz contiene entre 3 y 5 veces la concentración de plaquetas de la sangre basal.
Por debajo de ese nivel, la liberación de mediadores biológicos (PDGF, TGF-β, IGF-1, VEGF) es insuficiente.
El Consenso SEMDOR 2025, del que soy coautor junto a los doctores Carlos Morales Portillo y Diego Delgado, establece que la calidad del PRP depende de:
· cuantificar el número total de plaquetas antes y después del procesado,
· especificar si el preparado es pobre o rico en leucocitos,
· y realizar el procedimiento bajo guía ecográfica o radioscópica.
Este consenso, publicado en el Multidisciplinary Pain Journal (DOI: 10.20986/mpj.2025.1087/2025), marca un hito al definir los estándares técnicos y clínicos del PRP en dolor crónico según la nueva normativa europea SoHO (2024/1938).
Abordaje integral de la FSU con ter
El tratamiento regenerativo del dolor lumbar debe contemplar toda la unidad funcional, no una estructura aislada.
En la práctica clínica, se personaliza según el diagnóstico funcional y la resonancia del paciente:
· PRP intradiscal: en discopatía degenerativa o fisura anular.
· PRP facetario: en artropatía facetaria o dolor axial.
· PRP epidural: en inflamación radicular o dolor postquirúrgico leve.
· PRP ligamentoso o proloterapia: en microinestabilidad segmentaria.
En casos seleccionados se combina con ácido hialurónico, crioanalgesia o ozonoterapia para potenciar la regeneración y controlar la inflamación persistente.
Todos los procedimientos son ambulatorios, estériles y con control por imagen, garantizando seguridad y precisión
El PRP actúa sobre la biología del dolor, no solo sobre el síntoma.
Regula la actividad de los macrófagos, favoreciendo el paso de M1 (proinflamatorios) a M2 (reparadores).
Esto reduce citocinas como TNF-α, IL-1β e IL-6 y aumenta mediadores regenerativos como IL-10 y TGF-β.
En la FSU, este cambio interrumpe el círculo inflamatorio crónico y favorece la homeostasis tisular.
El Consenso SEMDOR 2025 consolida la práctica del PRP dentro de la medicina basada en evidencia.
Sus recomendaciones incluyen:
· Suspender AINEs 5-7 días antes y evitar corticoides previos.
· Usar sistemas cerrados certificados.
· Registrar concentración y tipo de PRP.
· Aplicar siempre con guía por imagen.
España se posiciona así como referente europeo en medicina regenerativa del dolor, con estándares científicos comparables a los de cualquier procedimiento intervencionista avanzado.
El PRP lumbar aplicado al concepto FSU (Functional Spinal Unit) representa un cambio de paradigma:
de tratamientos analgésicos a terapias biológicas de precisión.
Basado en evidencia, control plaquetario y abordaje integral, el PRP permite tratar el origen funcional del dolor lumbar y mejorar la calidad de vida sin cirugía.
Su eficacia no reside en la técnica aislada, sino en la combinación de diagnóstico correcto, biología controlada y experiencia médica.
1. Morales-Portillo C, Delgado D, García Henares JF, et al. Uso de plasma rico en plaquetas y derivados en el tratamiento del dolor: Guía de consenso SEMDOR 2025. Multidisciplinary Pain Journal. 2025;5:130-142. DOI: 10.20986/mpj.2025.1087/2025.
2. Tuakli-Wosornu YA et al. Lumbar intradiskal PRP injections. PM&R. 2016;8(1):1-10.
3. Saraf A et al. Transforaminal PRP vs steroid in lumbar radiculopathy. Indian J Orthop. 2023;57(7):1126-1133.
4. Ruiz-López R, Tsai J. Epidural PRP for lumbar disc herniation. Pain Practice. 2020;20(5):540-548.
5. Prost D et al. High-volume pure PRP injections improve outcomes in degenerative spine pain. Regen Ther. 2024;25:203-212.
6. Amable PR et al. Growth factors released by PRP and their biological significance. Stem Cell Res Ther. 2013;4(3):67.
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